Firmado en la Historia (I) : La Carta de Tito a Stalin

Cartas y Documentos se me presentaron siempre como la materialización de la Historia. Sean de carácter oficial o privado son testigo y prueba de que los hechos históricos, de hecho, sucedieron, y de que sus protagonistas fueron hombres de carne y hueso y no figuras míticas cuya existencia se limita a las palabras que narran sus grandes hazañas. 

Firmado en la Historia pretende seguir de cerca algunos de los escritos mas destacados de la Historia de la humanidad, que encierran en si un gran bagaje político, implicaciones y grandes repercusiones en el destino de sus protagonistas.

La carta de Josip Broz Tito es, a mi parecer, el mas claro ejemplo de un hombre de personalidad "soviética". Tito fue, durante toda su vida, la personificación de la fuerza, de la independencia y de la liberación de la soberanía limitada a la que Stalin sometía a los países de la orbita soviética. Un hombre con tales pretensiones de independencia y libre actuación que escapo por completo a las presiones de Stalin, evito replegarse ante el mismo e incluso se enfrento a él directamente. 

El contexto político que envuelve este anecdótico escrito no es mas que el de la consolidación del bloque comunista bajo un férreo control de Josef Stalin; potencias sofocadas y sometidas, entre las que encontramos una Yugoslavia -territorito de serbios, croatas y eslovenos- con grandes pretensiones de seguir su propio camino. Si bien Yugoslavia siempre presento una política de corte comunista, hecho que Stalin no podría reprender, esta lo hizo -o trato de hacerlo- soltando la mano de la URSS.

El hecho de que, a partir del año 1944 los partisanos consiguieran expulsar a los nazis de su territorio, llegando los comunistas al poder por si solos, hizo que Tito estuviera en condiciones de plantarle cara a Stalin. A partir del año 1945 aplicó una política estricta comunista; supresión de la propiedad privada, colectivización de la producción y tierra y represión. Las relaciones fueron cordiales al inicio, pero todo se enveneno por las ambiciones territoriales de su presidente. El recelo de Stalin ante una figura que le empieza a hacer sombra, adquiriendo demasiada autonomía, llega a su culmen con la ambiciosa construcción de la Republica Federal del Pueblo Balcánico -que habría incluido Yugoslavia, Albania, Macedonia, Bulgaria y parte de Rumania.  

La oposición de Stalin fue clara; ni podía consentir la conformación de un estado de tales dimensiones  dentro del bloque comunista ni se arriesgaría a incluir Macedonia - un estado Griego, habiéndose independizado Grecia en los años 20 del s. XIX, tras la guerra Greco-Turca, gracias al apoyo de Inglaterra- un estado de segunda división. 

La escisión entre ambos lideres se confirmó en 1948, cuando Yugoslavia fue expulsada del Kominform, la antigua Internacional Comunista. Durante sus respectivos mandatos Stalin intento doblegar a Tito y Yugoslavia por todos los medios, pero nunca lo consiguió.

La Carta de Tito a Stalin 

A la muerte de Stalin, su sucesor Kruschev se encontrará con la célebre carta en los archivos del antiguo líder. Este escrito se constituye, así, como la mayor expresión de los mas profundos deseos de Stalin de acabar con aquella figura que no podía reprimir. Numerosos fueron los asesinos enviados para realizar esta misión, y numerosas las formas en las que se llevaron a cabo los intentos. Evidentemente, ante una oleada tal de atentados, Josip Broz Tito no agacharía la cabeza. Fruto de su fuerte personalidad, afrontará la situación de forma directa, apelando al gran líder sin ningún miramiento. 


Así, Tito dejará claro que, como Stalin, él también era un hombre de armas tomar, y que era mejor para el gran líder dejarle obrar a su libre albedrío. 

Esta carta es, en conclusión, una de las mas divertidas anécdotas que nos dejan las políticas aplicadas en los países del bloque comunista durante el siglo XX. Un ejemplo mas de que las palabras contienen en si grandes implicaciones, y que los intercambios de las mismas entre grandes figuras son fuente fundamental para la Historia.





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