Vlad "Drácula" Tepes; el hombre entre el mito y realidad

 

Retrato de Vlad III 


¿Quién fue Drácula? ¿Existió realmente? Y, si es así ¿fue fiel Bram Stoker al trasladar sus vivencias a su tan famosa obra?

Drácula, de hecho, existió (por mas disparatado que parezca) y lo hizo dejando una gran huella en la historia de los pueblos de los profundos Cárpatos. Si bien su nombre no fue Drácula, sino Vlad Tepes. 

Hijo de Vlad II "Dracul", así apodado en referencia a su pertenencia a la Orden del Dragon húngara fundada en 1408, el tenebroso nombre de Drácula, no hacía referencia más que a su circunstancia de "hijo de"(por mas que esto sea desalentador para los mas acérrimos seguidores de las historias de terror). 

Vlad Tepes, el hombre detrás de la leyenda

Nos situamos en la Valaquia de siglo XV; el territorio era entonces un voivodato -una especie de principado, gobernado por un voivoda y de credo ortodoxo por influencia bizantina- en una situación de total dependencia de sus vecinos; al norte pasando los Cárpatos con Hungría, y por el sur con el Imperio Otomano, fue victima de los conflictos entre estos, gozando de un ambiente de violencia perpetuo por su situación "fronteriza". Fue, al fin y al cabo, una pequeña tierra de nadie disputada entre dos gigantes, un pasillo en constante situación de guerra. No fueron todo penurias, pues esta situación geográfica la convertía en cruce de caminos, de gran interés para su actividad comercial. 

Su gobierno se debatia entre un sistema de sucesion electivo y hereditario que garantizaba la inestabilidad constante; todos los miembros de la familia del voivoda podian sucederle, dando lugar a luchas de poder interna. A esta situacion se le sumaba el gran poder de la nobleza boyarda que siempre actuo en perjurio de los intentos de centralizacion del voivoda.

El contexto 

1354, el territorio balcánico se ve dominado por el avance otomano, que cae bajo su poder por completo en las primeras décadas de siglo XV. Núcleos de resistencia surgieron aquí y allá, una lucha por resistir y retener la expansión otomana, que, en la segunda década del siglo XV, tuvo su máxima representación bajo la figura de Mircea cel Bătrân, de gran implicación en el fortalecimiento del estado -contra la injerencia externa, pero también contra sus propios boyardos- e ideario de una milicia de hombres libres frente a los pasados ejércitos nobiliarios. 

El fallecimiento de una figura fundamental como Mircea dará lugar a un "vacío de poder" que será aprovechado por Húngaros y Turcos, convirtiéndose Valaquia en un territorio dependiente de dos potencias enfrentadas. Vasalla del rey de Hungría y tributaria de los turcos, Valaquia rendirá pleitesía ante dos grandes tendencias irreconciliables, que se verán plasmadas en la división dentro del propio voivodato en dos grandes facciones. Por si fuera poco, se suman las pretensiones del reino moldavo sobre Valaquia. Esta sucesión de acontecimientos aboca al voivodato hacia una una inestabilidad política absoluta marcada por la rápida y descontrolada sucesión de voivodas, hasta llegar a Vlad Tepes, nieto de Mircea e hijo de Vlad Dracul -de donde llega el nombre de Drácula, diminutivo del nombre de su padre. 

Dracul significa dragón -aunque se cree que, en ese entonces, podría hacer referencia también al diablo- y hace referencia a la orden militar con afán de cruzada a la que pertenecían tanto Dracul como Dracula.

 

Insignia de la Orden del Dragón

"La Orden Húngara del Dragon tenia voluntad de combatir a los infieles musulmanes. Bajo el control de Segismundo de Hungría albergo en sus filas, desde 1431 a Vlad Dracul II y Vlad III Tepes (Drácula), que incluso se plasmaron en las monedas representados como caballeros de la cruz. "





Rehén de los turcos durante su infancia -de donde se dijo aprendió sus despiadados castigos- junto a su hermano Radu el Hermoso. Quedo marcado por el modo de gobernar del sultán en la corte, que hacia las veces de divinidad encarnada, a quine debían obediencia sus súbditos. 
Su padre, Vlad II Dracul tendrá un gobierno intermitente hasta su asesinato, tras el que Vlad y Radu deberán huir al exilio, hasta 1448, cuando Vlad II Tepes, nuestro Drácula,  se haga con el poder gracias al apoyo otomano -que lo utilizo en favor de sus propios intereses. Gobierno de un mes, será destronado y condenado al exilio, vagando por diferentes reinos hasta hallar refugio en Hungría. 

El gobierno sangriento: Vlad Tepes en el poder

1456 es la fecha clave en su comienzo como temido gobernante; apoyado en la potencia húngara darán comienzo seis años de gobierno sanguinario y un estado de violencia en constante guerra. Su pretensión de consolidar su su propia autoridad frente a la nobleza y las injerencias de sus vecinos le llevará a poner en practica un continuo derramamiento de sangre, que le supondrá el fracaso en el mantenimiento de las políticas con ambas potencias Otomana y Húngara, deteriorándose hasta su total ruptura con los turcos por sus grandes exigencias, y consolidándose, en consecuencia, la relacion con los húngaros. 
Se había firmado, así, la guerra con los otomanos, que responderán con la incursión sobre Valaquia en 1458 -y serán derrotados. Esta situación dio libertad a nuestro "Drácula" para poner en practica todos aquellos castigos despiadados aprendidos durante su estancia en la corte del Sultán, sumada a una obsesión de la limpieza de indeseables de su principado; mendigos, ladrones, e incluso monjes católicos, que le lleva a encaminar verdaderos baños de sangre.

Los despiadados episodios de Vlad el Empalador

Son muchas las leyendas que rodean a Vlad "El Empalador", y las que le han dotado, tanto de su célebre apodo, como de un aura de oscurantismo casi demoniaco. Las fuentes hablan de diversos episodios; como aquel en el que invito a los mendigos a un banquete para, una vez hubieran comido y bebido, prender fuego al edificio completo liberando así el principado de la mendicidad. 

Otro episodio nos narra la respuesta ante la negativa de emisarios otomanos a retirarse el turbante por respeto a su tradición; represaliados por Vlad clavando clavos en sus cabezas. Episodio retratado por Theodor Aman en su "Vlad the Impaler and the Turkish Envoys"


No obstante, la veracidad de estas historias es limitada debido, sin duda, a sus idearios; en mayoría de origen transilvano -territorio situado al norte de Valaquia, y que hoy conforma con ella el territorio de Rumania, pero que era antaño una región húngara. Ya desde siglo XII se encontraba poblada por una comunidad de origen sajón-alemán cuyas prerrogativas comerciales trataron de ser mermadas por Vlad III. Se configura así una situación de enemistad transilvano-Valaquia manifestada en los intentos de los primeros de derrocar al voivoda mediante intentos de usurpación. Este hecho nos encamina hacia otro de los grandes episodios de Vlad; la invasión el territorio transilvano tras el intento de usurpación, donde, se dice, empalará a todos los habitantes. 

Drácula, se inscribe así en un paisaje rodeado por enemigos, a los que represaliaba de manera cruel y despiadada. No es sabido hasta que punto todos estos hechos son veraces, pues gran parte de las fuentes son propias de figuras hostiles -turcas o transilvanas- marcadas así por una fuerte subjetividad y, probablemente, alterando los hechos históricos. 

Una guerra continua: Vlad Tepes y el Sultán Mehmed II

La ruptura de las relaciones con los otomanos se vio manifestadas en el sentimiento de cruzada de Vlad III de Valaquia. En Febrero de 1462 lanza una campaña en tierras otomanas, al sur del Danubio, en la que devastara una gran cantidad de ciudades. Especialmente sangrienta, se jacta de haber provocado la muerte de mas de 23000 súbditos del Imperio Otomano.  

Drácula cenando entre empalados
 (grabado Alemán, 1499).
La reacción del Sultán llegará en Junio en forma de campaña punitiva. Invade Valaquia, y sin embargo, Vlad, con su inferioridad numérica, aplica una táctica de guerrilla hostigando al enemigo a distancia mediante una política de tierra quemada. El culmen del conflicto; el ataque nocturno en Târgoviște, incursionando el propio campamento militar otomano en busca del sultán Mehmed II, con el objetivo de darle muerte.

Tras el conflicto, empalará a todos los prisioneros para tratar de socavar la moral enemiga, configurando verdaderos bosques de empalados en el paisaje. 

"El ejército del sultán entró en el área de los empalamientos [...] Había grandes estacas allí en las que, como se decía, unos veinte mil hombres, mujeres y niños habían sido ensartados, todo un espectáculo para los turcos y el mismo sultán"
 

Sea como fuere el conflicto se saldará con la victoria otomana, y con la colocación en el trono a Radu el Hermoso. Vlad se vio obligado a huir a Hungría, cuyo entonces rey no desea enemistarse con el sultán y decide aprisionarlo durante mas de una década, en lugar de protegerlo.

La vuelta y fin de Drácula

Radu el Hermoso será destronado en Valaquia, y se presenta la oportunidad perfecta para la intervención Húngara -aun con Vlad en la corte- Entronizando a Drácula por tercera vez, aunque contando siempre con la oposición turca, que acabará con su voivodato y vida. 

El sultán Mehmed II
Asesinado en 1476 numerosas son las fuentes que hablan de la muerte de Drácula. Probablemente victima de una conjura o muerto en batalla, su muerte se halla aun envuelta de un halo de misterio, aunque es sostenida la leyenda de que fue decapitado, y su cabeza enviada como elemento de exhibición a s eterno enemigo, el sultán otomano Mehmed II.  



La historia de Vlad Tepes se ha consolidado como la personificación de la maldad, si bien otros gobernantes llevaron a cabo las mismas o peores acciones. Fue, a fin de cuentas, un magnifico mando militar con una sed irrefrenable de venganza. Su enemistad con los transilvanos alimentó las leyendas hostiles sobre Vlad Drácula, propaganda que, paulatinamente, fue tintando su figura de un tono tenebroso, sombrío y demoniaco; el príncipe cruel y diabólico, luciferino y despiadado. Manchando con sangre, para siempre, el nombre de Vlad. 

De la historia al mito: la aparición de Bram Stoker

Bram Stoker se tomara la licencia de reinterpretar la figura de Vlad Tepes; con diferentes piezas y fuentes y al abrigo de las leyendas vampíricas del folklore rumano asociado a la creencia en la reencarnación de aquellos que habían muerto tras una vida indigna, ira confeccionando una de las figuras fundamentales de la literatura universal; el conde Drácula. 

Ahora bien, del histórico Vlad III apenas queda rastro, salvo la pertenencia al linaje valaco al que se alude mediante la onomástica al emplear el patronímico (Drácula) o la alusión a la victoriosa campaña del invierno de 1462 (“who was it but one of my own race who as Voivode crossed the Danube and beat the Turk on his own ground! 2is was a Dracula indeed”, pp. 41-42), pues convierte al príncipe en un conde  descendiente de los székelys.

Székelys: etnia de origen ugrofinés que habitaba en el territorio de Transilvania.

Podemos sacar una conclusión clara, y es que Vlad Tepes ni bebía sangre ni rehuía de ajos y estacas -mas bien, era acérrimo defensor de estas en sus castigos- pero, quizá, como todos los demás gobernantes que represaliaban con "mano dura", si que compartía una característica fundamental con el vampiro; un carácter desalmado, totalitario y cruel.  



Firma de Vlad III Drácula


Fuentes:

2019. Desperta Ferro: Antigua y medieval (54)(Ejemplar dedicado a: Vlad Tepes. Drácula) ISSN 2171-9276.


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